JERUSALÉN.-Agosto 14 del 2022.-La vida comenzó a regresar a la normalidad en Gaza, luego de la entrada en vigor del cese al fuego que terminó con tres días de ataques transfronterizos entre Israel y un grupo miliciano palestino en Gaza.
El ejército israelí inició una ofensiva el 5 de agosto con ataques con misiles dirigidos a objetivos del grupo, la Yihad Islámica Palestina, con el fin de frustrar un ataque inminente. Los blancos en la Franja de Gaza recibieron impactos por aire, tierra y mar. La Yihad Islámica disparó unos mil 100 cohetes y proyectiles de mortero hacia el territorio israelí.
Tres días después, ambas partes accedieron a un cese al fuego mediado por Egipto para detener la ronda más intensa de lucha entre israelíes y palestinos en más de un año. Según el Ministerio de Salud en Gaza, al menos 44 palestinos fueron asesinados en el combate, 15 de ellos niños, y 360 resultaron heridos, 20 de los cuales están graves.
Después de mantener cerrados los cruces fronterizos de Gaza por más de una semana, Israel los reabrió el lunes para la entrega de provisiones de ayuda humanitaria.
Además, quitó todas las restricciones de seguridad que impuso la semana pasada sobre los residentes de las zonas fronterizas para mantenerlos cerca de refugios antibombas y alejados de los francotiradores milicianos.
Pareciera que la Yihad Islámica sufrió un golpe grave.
El ejército israelí declaró el lunes que impactó en 170 objetivos de la Yihad Islámica, con lo cual eliminó a altos comandantes del grupo, así como a escuadrones con lanzacohetes, y destruyó fosas de lanzamiento, puestos de comando y bodegas de armas.
La Yihad Islámica señaló que había perdido a 12 de sus líderes y miembros, entre ellos Taiseer al-Jabari, comandante de la región norteña de Gaza, y Khaled Mansour, comandante de la región austral.
Aunque la Yihad Islámica aseguró haber obtenido algunas concesiones vagas relacionadas con sus prisioneros que se encuentran en Israel bajo los términos del cese al fuego, Israel negó haber accedido a alguna otra condición.
Hamas, el grupo armado más grande y poderoso en el enclave costero palestino bloqueado de Gaza, no participó en el último conflicto con Israel y dejó el combate en manos de la Yihad Islámica, una organización de menor tamaño. Las dos agrupaciones son rivales, pero a menudo se alían para enfrentar a Israel.
En una iniciativa por mejorar la economía de Gaza, donde viven unos dos millones de personas y que cuenta con una tasa de desempleo de alrededor de 50%, Israel ha ofrecido permisos de trabajo a 14 mil residentes del territorio, una cantidad pequeña en términos relativos, pero por mucho la mayor desde que Hamas tomó el poder por la fuerza en 2007, lo cual ha cobijado a miles de familias.
La ronda de violencia más reciente llegó poco después de una visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la región a mediados de julio. La noche del domingo, la Casa Blanca emitió un comunicado para aplaudir el cese al fuego en el que Biden declaró: “Mi apoyo hacia la seguridad de Israel es duradera e inquebrantable, incluido su derecho a defenderse en contra de ataques”.
El enfrentamiento también enfatizó la creciente aceptación de Israel en otras partes del mundo árabe. Las guerras pasadas en Gaza han generado fuertes críticas de otros países árabes. Esta vez, la respuesta fue más tenue.
Dos de los tres países árabes que formalizaron lazos con Israel en 2020 en un proceso conocido como los Acuerdos de Abraham, Marruecos y Emiratos Árabes Unidos, expresaron su preocupación en torno a la violencia, pero evitaron criticar a Israel. Mientras que Bahréin condenó de forma directa los ataques de Israel.