Estados Unidos.- Septiembre 7 del 2025.- (B. Rodríguez | Agencias).- El trasporte público de Charlotte, Carolina del Norte se convirtió en escenario de un macabro crimen y horror para los pasajeros, cuando un hombre apuñaló sin razón aparente a una joven ucraniana de 23 años, frente a las cámaras de vigilancia del vagón.
El crimen ocurrió el pasado 4 de septiembre, pero ha comenzado a ganar notoriedad apenas esta semana, a pesar de la brutalidad de los hechos, en donde la víctima, identificada como Irina Zarutska, una refugiada ucraniana, se encontraba sentada tranquilamente mirando su teléfono cuando, sin provocación alguna, fue atacada por Decarlos Brown Jr., un hombre sin hogar de 34 años con un largo historial delictivo.
En apenas cuatro minutos, Brown se levantó, sacó un cuchillo plegable y apuñaló a Irina al menos tres veces, una de ellas en el cuello, cámaras de seguridad del tren captaron al agresor caminando con el arma en la mano, goteando sangre, mientras abandonaba el vagón en la siguiente estación.
Brown tiene un amplio historial delictivo que incluye robos, amenazas, uso indebido del 911 y una condena de cinco años por robo con arma letal.
Tras su detención por este asesinato, declaró que alguien había introducido en su cuerpo un «material sintético» que controlaba sus pensamientos y acciones, razón por la que las autoridades determinaron solicitar una evaluación de su salud mental.
Su abogada, Brianna Buford, ya ha cuestionado si está en condiciones de enfrentar el proceso legal.
Pese a la gravedad del crimen, grandes medios internacionales como CNN, The New York Times, BBC o NPR no informaron sobre el asesinato hasta días después, lo que desató una ola de críticas en redes sociales.
Mientras tanto, la alcaldesa de Charlotte, Vi Lyles, agradeció que muchos medios hayan optado por no difundir las imágenes del ataque, por respeto a la familia, sin embargo, su mensaje generó polémica al enfocarse más en la salud mental del agresor que en el nombre o la historia de la víctima.
Lyles expresó en un comunicado que este caso es “un trágico desenlace de una crisis de salud mental no atendida”, e instó a no criminalizar automáticamente a las personas sin hogar o con padecimientos mentales: