27 de octubre del 2025
Por Manuel CARMONA
Los panistas quieren, deben y necesitan cambiar, pero no saben cómo, eso si es un gran problema. Su actual dirigencia nacional tiene toda la intención de relanzar su marca política, por esa razón hace unos cuantos días convocaron a una concentración en la colonia Tabacalera de la ciudad de México, a un costado del monumento a la Revolución Mexicana, a donde arribó su militancia y la idea fue que también estuvieran presentes sus grandes figuras, pero muchas brillaron por su ausencia.
No obstante, más allá de su enorme catálogo de propuestas de renovación dadas a conocer durante el evento, lo más sobresaliente fue el cambio de logotipo y el fin de las alianzas con otros partidos, que generó los siguientes comentarios.
1.- Por lo que concierne al nuevo logotipo, que por cierto no gustó ni entusiasmó a nadie. En general recibió más críticas que opiniones favorables, incluso hasta burlas.
2.- Por lo que concierne al fin de la alianzas (con dedicatoria al PRI). Hay una coincidencia que esto es un gran error de estrategia política. En el terreno de la competencia es completamente normal que todo el tiempo se esté revisando y reorganizando el planteamiento de cómo se va actuar en la próxima elección. Si con base en las circunstancias que prevalecen en esos momentos conviene ir en alianza con un partido o partidos y en la siguiente elección con otros distintos, es justificado y válido el cambio de aliados.
Sin embargo renunciar a las alianzas cuando se está en clara y abrumadora desventaja ante el partido oficial es prácticamente un suicidio.
La alianza entre estos dos partidos PRI y PAN que a muchos pareció una maniobra de promiscuidad política, no debe pasar inadvertido que en el terreno del pragmatismo les dio a ellos muy BUENOS RESULTADOS, pues a medida que se fueron debilitando como marcas políticas en lo individual, su participación electoral en conjunto les permitió a ambos partidos extender por un tiempo más sus posibilidades de triunfo en distintas regiones geográficas del país.
Y aunque esta alianza siempre fue mal vista y calificada de INMORAL, esto parece que a casi nadie la importó gran cosa, ni siquiera a los votantes porque por un tiempo el concepto PRIAN se convirtió en una fórmula útil para ganar elecciones e incluso hasta empezó a crecer para convertirse últimamente en PRIANRD.
La alianza PRI-PAN nació cuando los números los obligaron a reconocer su debilidad electoral y comprobaron que solos, en algunos casos disminuían muchos sus posibilidades de triunfo y en otros definitivamente YA NO ERAN OPCION DE COMPETENCIA. Pero con el paso del tiempo la fórmula de las alianzas también se fue desgastando y dejó de ser rentable y de dar triunfos.
Solo que en este aspecto en particular considero que si bien es cierto la alianza ya no estaba dando los suficientes votos para ganar, al menos les estaba dando para SUBSISTIR, por esa razón poner fin a esta sociedad es una decisión que al final del día afectará a ambos partidos, pues en el corto plazo va a traer como CONSECUENCIA DIRECTA, acelerar su paso hacia la ruta de la extinción.
No se puede dejar de advertir que el PRI está más cerca de la desaparición que el PAN, pero el blanquiazul también está en declive y el UNICO BENEFICIARIO DIRECTO de esta decisión será el partido en el poder: Morena, pues terminar con la era de las alianzas solo pulveriza aún más a la oposición.
Durante los últimos días mucho se ha discutido acerca de este intento de relanzamiento del Partido Acción Nacional, cada quien tiene su opinión, pero bajo mi perspectiva y experiencia profesional estimo que deberían concentrarse de manera obligada en al menos tres puntos.
Primero.- Por supuesto que el PAN puede renacer pero no con medidas superficiales y cosméticas como lo pretende su actual dirigente nacional, sino con acciones de fondo y arriesgadas, como atreverse a expresar un “mea culpa”, es decir, que sus dirigentes de hoy acepten y reconozcan los errores de aquellos panistas que llegaron al poder y que desde ahí le fallaron o le quedaron a deber a la sociedad, verbigracia la corrupción de los hijos de Martha Sahagún durante el sexenio de Fox, la Estela de Luz y la militarización del país iniciada durante el gobierno de Felipe Calderón que dos décadas después ha quedado de manifiesto que fue un gran equivocación que tiene hasta a la fecha sumergido en un baño de sangre al país.
Segundo.- El PAN requiere la construcción de una narrativa que actualmente no tiene, un discurso, algo que proponer al país y vaya que hay muchas políticas públicas que están funcionando mal y que se deben revisar y replantear. Cuáles son las razones por las cuales los electores debieran voltear a verlo nuevamente y darles otra oportunidad. En síntesis, carecen al día de hoy de una causa, de una bandera, por eso deberían de ponerse a trabajar en ello.
Tercero.- Quizá el ingrediente de mayor peso que les hace falta es que a más de una década de haber sido expulsados de la Presidencia de la República , tras la culminación del periodo de gobierno de Felipe Calderón, todavía no asumen en que consiste su rol en el ecosistema político de una democracia, aún no están conscientes de su función como partido político de OPOSICION.
A diferencia de las figuras que los precedieron como Clouthier, Castillo Peraza, Luis H. Alvarez etc. que TODA SU VIDA se la pasaron luchando para llegar al poder, lo cual lograron en el año 2000. Los panistas del siglo XXI conforman una generación de figurines que crecieron cuando su partido ya se encontraba instalado en el poder y fueron formados para beneficiarse y/o negociar con el poder, NO PARA DISPUTARLO.
En realidad lo que deja entrever este relanzamiento propuesto por su dirigente nacional Jorge Romero, es el intento por tratar de permanecer cruzados de brazos, como actores pasivos y su única apuesta es que con el paso del tiempo el partido en el poder se siga desgastando y en un futuro el PAN esté ahí para beneficiarse con el voto de castigo ciudadano, aunque al parecer no están tomando en cuenta que actualmente hay en el espectro nacional, una diversidad de fuerzas políticas y no se ha visto que estén trabajando para que el electorado pueda verlos como una real alternativa de gobierno en el futuro.
La actual élite que conduce los destinos del panismo nacional llevará al abismo a su partido si no entiende que el poder no se hereda ni transmite, sino que se ARREBATA. Que si quieren alguna vez regresar a gobernar no hay otra, están obligados a ir a la guerra y ninguna guerra electoral se ha ganado en zapatillas de valet ni lanzando pétalos de rosa. Necesitan arriesgar y exponer la figura aunque les duela, aunque el combate les deje cicatrices, la sociedad necesita quien encabece sus demandas y reclamos y no le sirven absolutamente para nada políticos de cristal….









