Ciudad de México.- Diciembre 26 del 2025.- (Por: Enrique López).- La Fórmula 1 se prepara para una de las transformaciones más profundas de su historia reciente. A partir de la temporada 2026, la categoría reina del automovilismo implementará un nuevo reglamento técnico que promete cambiar radicalmente la forma de competir, con el objetivo principal de mejorar los duelos en pista y fomentar carreras más equilibradas. Sin embargo, la expectativa va acompañada de dudas, especialmente en torno al rendimiento de las futuras unidades de potencia.
Desde que se dieron a conocer las nuevas normas, uno de los temas que más debate ha generado es la velocidad máxima de los monoplazas. Figuras clave del paddock, como Toto Wolff, jefe de Mercedes, han señalado que, en teoría, los autos podrían acercarse a los 400 kilómetros por hora, aunque consideran poco probable que ese escenario se concrete debido a los límites en la potencia eléctrica establecidos por el reglamento.
En medio de esta discusión aparece la voz de Max Verstappen, actual tetracampeón del mundo, quien ha optado por una postura cautelosa ante el futuro inmediato de la categoría.
VERSTAPPEN ANALIZA UN REGLAMENTO COMPLEJO
Durante una entrevista con Viaplay, el piloto neerlandés reconoció que se mantiene “un poco en el medio” del debate, aunque dejó claro que la F1 de 2026 será completamente distinta a la actual. Verstappen explicó que ya ha tenido la oportunidad de probar los nuevos monoplazas en el simulador, y que hará su debut en pista durante los test de invierno en Barcelona, programados para finales de enero.
“Puede estar bien o no, pero creo que va a ser muy complicado”, señaló el piloto de Red Bull, en referencia a la gran cantidad de regulaciones añadidas. Según Verstappen, uno de los mayores retos será la gestión de la energía, ya que en ciertos tramos del circuito se perderá velocidad y será clave administrar correctamente la entrega de potencia en las rectas.
El neerlandés destacó que el reglamento permitirá ajustar cómo se desarrolla la energía a lo largo de una vuelta, algo que añade una capa extra de complejidad. “No sabes exactamente cuánto puedes ganar o perder. Es un reglamento muy complicado”, enfatizó.
Más allá de la velocidad pura, Max Verstappen considera que en 2026 entrarán en juego muchos más factores para marcar tiempos competitivos, como la forma de acelerar, el uso del cambio y la toma de decisiones en fracciones de segundo. El piloto admitió que hubiera preferido una normativa más sencilla: “Simplemente pisar a fondo y pilotar lo mejor posible. Ahora tienes que pensar mucho más en todo”.
A pesar de sus reservas, el campeón del mundo confía en la capacidad de adaptación de la F1 y de los pilotos. Para Verstappen, el proceso no será inmediato, pero con el paso del tiempo todo podría normalizarse. “Ojalá que todo se vuelva habitual y salga bien. Creo que para todos será un período de adaptación”, concluyó.
Sus palabras reflejan el sentir general del paddock, que observa con expectativa y cautela uno de los cambios reglamentarios más ambiciosos en la historia moderna de la Fórmula 1, una nueva era que promete redefinir la manera de competir en la máxima categoría del automovilismo.