VALENCIA, España.— Noviembre 06 del 2024.-(EFE).-Cientos de trabajadores de emergencia, civiles y militares buscan en centros comerciales, garajes y estacionamientos subterráneos a más víctimas de las inundaciones en la región de Valencia que ya mató a 214 personas, por lo menos, mientras aumenta la ira pública por la gestión del desastre por parte de las autoridades españolas, informó “The Guardian”.
Ayer se pusieron en vigor avisos meteorológicos amarillos y ámbar para partes de Valencia y la vecina Cataluña, y se recomendó a los habitantes de las zonas afectadas que se mantuvieran alejados de las carreteras y de la costa y los ríos.
Fuertes lluvias azotaron ayer por la mañana la zona de Barcelona, lo que obligó al gobierno regional a emitir alertas de protección civil y cancelar todos los servicios de trenes de cercanías.
Más de 50 vuelos que debían despegar del aeropuerto de El Prat fueron cancelados o tuvieron graves retrasos.
El fin de semana, personal de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de las Fuerzas Armadas centró sus esfuerzos en centros comerciales y estacionamientos donde habría personas atrapadas por las inundaciones, ocasionadas por las lluvias torrenciales que los expertos vinculan con la emergencia climática.
Anteayer, los trabajadores de la UME consiguieron entrar en el estacionamiento subterráneo del gran complejo comercial Bonaire, en la localidad valenciana de Aldaia.
Con una pequeña embarcación y linternas, la policía registró las 1,800 plazas de estacionamiento del recinto, y hasta el momento solo han localizado medio centenar de vehículos y no se ha descubierto ningún cadáver.
El desastre, que obligó al gobierno central a desplegar 10,000 efectivos militares y de policía, causó la muerte de 210 personas en Valencia, tres en Castilla-La Mancha y una en Málaga. Se desconoce la cifra de desaparecidos.
Se teme que el número de muertos aumente a medida que las labores de socorro lleguen a zonas hasta ahora inaccesibles.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, calificó las inundaciones como el peor desastre natural de la historia reciente de España y dijo que se movilizarán todos los recursos necesarios para afrontar sus consecuencias.
Más militares
Ayer se enviaron otros 2,500 militares a las zonas afectadas, que se suman a los 5,000 enviados en los últimos días. También llegó al puerto de Valencia un buque de la Armada española con marines, helicópteros y camiones cargados con alimentos y agua.
Pero el enojo por la lenta respuesta a la crisis —y, en particular, por la demora del gobierno regional en enviar una alerta de emergencia por la DANA cuando se produjeron las inundaciones el martes— sólo aumenta.
Anteayer, una visita de alto perfil a la ciudad valenciana de Paiporta, muy afectada, se vio interrumpida después de que una multitud furiosa arrojó barro al presidente del gobierno Pedro Sánchez, al presidente regional Carlos Mazón, al rey Felipe y a la reina Letizia.
También hubo gritos de “¡Asesinos!” y “¡Fuera!”.
Unas horas después de ser escoltado rápidamente fuera de la zona, Sánchez reconoció el dolor de la gente pero dijo que una pequeña minoría de los que estaban en Paiporta estaban detrás de las escenas de ira.
“Sabemos lo que la gente necesita y nuestras prioridades son claras: salvar vidas, encontrar los cuerpos de las personas que han muerto y reconstruir las zonas afectadas”, dijo.
“La violencia ejercida por unos pocos no desviará el interés colectivo. Es hora de mirar hacia adelante y seguir trabajando con todos los medios y la coordinación necesaria para superar juntos esta emergencia”, dijo.
Fuentes del gobierno socialista de Sánchez fueron un poco más directas y describieron las protestas en Paiporta como “un espectáculo de extrema derecha y antipolítico” .
El ministro de Transportes de España, Óscar Puente, reconoció que la visita puede haber sido inoportuna.
“Quizás no era el mejor momento”, dijo al canal de televisión español La Sexta . “Hay mucha rabia y la gente se siente abandonada… y luego están las actividades que organizan algunas personas que pertenecen a la extrema derecha”.
El ministro del Interior del país, Fernando Grande-Marlaska, dijo a la cadena TVE que la policía abrió una investigación sobre los incidentes que empañaron la visita oficial.
Ayer, el general jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Javier Marcos, pidió paciencia ante una situación caótica, con una “terrible destrucción de infraestructuras”que complica el trabajo de los 7,800 militares sobre el terreno que “hacen todo lo que pueden y están doblando turnos”, dijo EFE.
En rueda de prensa, el general jefe de la UME quiso ser tajante: “Hemos estado y seguimos estando” en cada municipio afectado, dijo, antes de garantizar que las Fuerzas Armadas no se dejan “una casa atrás” y se “están dejando la piel en cada momento”.— The Guardian/EFE
El rey Felipe, que insistió en continuar la visita, dijo que apreciaba la magnitud de la furia popular.
“Hay que entender la ira y la frustración de muchas personas por todo lo que han pasado, así como la dificultad de entender cómo funcionan todos los mecanismos cuando se trata de operaciones de emergencia”, dijo el domingo.
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Despliegue
En Valencia, la más afectada por los estragos de las lluvias torrenciales, casi 17,000 efectivos —militares, guardias civiles y policías nacionales— están ya desplegados trabajando para achicar agua, limpiar las toneladas de lodo que dejó la riada y buscar posibles víctimas.
Daños
Hasta el momento, más de 2,600 edificios y más de 534 kilómetros cuadrados de al menos seis regiones se han visto afectados por las inundaciones.