27 de octubre del 2025
Académico de la Facultad de Economía de la UPAEP, habla de los “Pros y contras del Buen Fin”, evento que en 2025 cumple 15 años de existencia, con el propósito de analizar su impacto económico y social.
Óscar Salomón Castañeda Lozada, profesor investigador de la Facultad de Economía de la UPAEP, explicó que el Buen Fin nació en 2010 durante la administración del expresidente Felipe Calderón, inspirado en el “Black Friday” estadounidense, con el objetivo de impulsar el consumo interno y dinamizar la economía nacional.
El investigador destacó que este programa fue diseñado con cinco propósitos principales:
Incentivar el comercio formal, favoreciendo a los negocios registrados y reduciendo la informalidad.
Transparentar las transacciones electrónicas, al promover el registro bancario de las operaciones.
Fomentar el uso de medios de pago electrónicos, para fortalecer el sistema financiero nacional.
Ampliar la inclusión financiera, acercando los servicios bancarios a más sectores de la población.
Impulsar la participación de micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs), integrándolas a la economía digital y ayudándolas a incrementar sus ventas.
“El Buen Fin busca fortalecer el mercado interno y dinamizar las cadenas de suministro al interior del país”, explicó Oscar Salomón Castañeda. “Es un esfuerzo coordinado entre el Gobierno Federal y las empresas para dar un respiro a la economía familiar y empresarial, especialmente en la recta final del año”.
El profesor de la UPAEP explicó que, para estimular la participación, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y la Secretaría de Economía realizan cada año sorteos fiscales. Los consumidores que realicen compras con tarjeta de crédito o débito en establecimientos registrados oficialmente en el portal del Buen Fin pueden ganar premios que van desde 500 hasta 250 mil pesos.
“El año pasado —recordó— se distribuyeron 400 millones de pesos entre más de 320 mil premios, además de un premio mayor de 250 mil pesos. Las empresas también participan con incentivos, siempre que estén al corriente con sus obligaciones fiscales y cuenten con opinión positiva ante el SAT”.
Si bien el Buen Fin tiene efectos positivos en la economía mexicana, Castañeda Lozada advirtió que no todos los descuentos son reales. “Investigaciones han demostrado que muchas empresas elevan los precios semanas antes del Buen Fin para después aparentar una rebaja. Al final, el consumidor paga prácticamente lo mismo”, señaló.
Por ello, recomendó no dejarse llevar por las emociones o el impulso de compra, sino planificar los gastos con anticipación, priorizando rubros esenciales como salud y alimentación. “Gastar con prudencia es clave. El dinero cuesta ganarlo, y hay que administrarlo con sabiduría”, subrayó el economista.
Además, alertó sobre el riesgo del endeudamiento con tarjetas de crédito:
“El dinero del crédito no es dinero extra. Muchos consumidores acumulan deudas año tras año, lo que convierte las compras en una carga financiera a largo plazo”, puntualizó.
Entre los productos más adquiridos durante el Buen Fin se encuentran los electrodomésticos, aparatos electrónicos, computadoras y teléfonos celulares, artículos que suelen representar un gasto significativo en los hogares.
Oscar Salomón Castañeda reconoció que muchas empresas aprovechan el evento para renovar inventarios, por lo que “es común que se ofrezcan tanto productos nuevos como modelos con cierto grado de obsolescencia”.
En cuanto a las zonas con mayor participación, explicó que el consumo se concentra principalmente en las grandes ciudades del país, como Ciudad de México, Puebla, Monterrey, Guadalajara y Querétaro, donde existe una mayor densidad de empresas y consumidores.
El catedrático de la UPAEP enfatizó que el Buen Fin sí tiene un efecto positivo en la microeconomía, al favorecer el flujo de capital en las pequeñas empresas y promover la formalidad. Sin embargo, aclaró que para fortalecer de manera sostenida la economía nacional se requiere “mayor inversión de largo plazo y una planeación más profunda”.
“El Buen Fin contribuye a la economía local y a las finanzas familiares, pero no sustituye políticas estructurales de desarrollo económico. Es un estímulo temporal que debe aprovecharse con inteligencia”, afirmó el profesor.
Castañeda Lozada compartió una serie de recomendaciones prácticas para aprovechar este periodo de ofertas de manera segura y responsable.
Planificar las compras con base en un presupuesto familiar realista.
Comparar precios entre diferentes establecimientos y plataformas antes de adquirir un producto.
Evitar endeudarse con tarjetas de crédito más allá de la capacidad de pago.
Verificar que el comercio esté registrado en el portal oficial del Buen Fin para poder participar en los sorteos y evitar fraudes.
Tomar medidas de seguridad personal y digital durante las compras presenciales o en línea.
Denunciar irregularidades ante la PROFECO, que estará atendiendo quejas de 9:00 a 21:00 horas durante el evento.
Finalmente, Oscar Salomón Castañeda recordó que el Buen Fin 2025 se llevará a cabo del 13 al 17 de noviembre, adelantándose unos días respecto a ediciones anteriores para coincidir con el puente por el aniversario de la Revolución Mexicana.
“Quince años después de su creación, el Buen Fin se mantiene como una oportunidad para impulsar la economía nacional”, concluyó el economista, “pero su verdadero beneficio dependerá de que los ciudadanos hagan compras inteligentes, planeadas y responsables”.









